jueves, 2 de julio de 2009

BLOOD BOWL: EL ORIGEN

Bueno estamos aquí un día más para seguir hablando del Blood. Hoy voy intentar deleitaros con la historia del origen. Cómo empezó el Blood, quién ganó el primer partido. quién lo perdió, .....

Éstas y muchas otras preguntas tendrán (posiblemente) respuesta a continuación ...


Todo empezó hace mucho, mucho tiempo en las antiguas tierras de Amorica. Este infortunado continente habla sido durante siglos víctima de las batallas entre tribus rivales, por razones ya olvidadas incluso en aquella época. La mayoría de las razas y las tribus del Nuevo Mundo habían estado aliadas con uno u otro bando en las contiendas. Finalmente, la suerte de la guerra hizo que todas se enfrentaran a la vez en una batalla de proporciones monstruosas. El resultado fue un terrible baño de sangre en el que las tropas se desplomaban como moscas en el campo de batalla fétido y cubierto de las entrañas desparramadas de los guerreros, bajo los buitres que volaban en círculos sobre las hordas enfrentadas. La victoria se escapaba totalmente de las manos de uno u otro bando. Viendo a las tropas sobrevivientes de ambos bandos completamente exhaustas, los caudillos enfrentados acordaron una tregua e intentaron parlamentar.

Mientras los caudillos discutían, las tropas de a pie se sentaron allí donde estaban, agradecidas de tener un descanso antes de que continuara la carnicería. Mungk, el líder de un pequeño destacamento Orco, estaba sentado junto a su primer sargento, dedicándose a su afición preferida de aplastar pulgas a manotazos. Tras ganar la absorbente competición a su compañero con un golpetazo de revés, Mungk apartó de un empujón a su larguirucho subordinado. El Orco se reclinó hacia atrás, preguntándose cuándo acabaría el estúpido charloteo entre los caudillos y podría reemprender la divertida actividad de masacrar enemigos. Observando el campo de batalla a su alrededor, el Orco se regocijó viendo los montones de cadáveres Enanos esparcidos hasta donde llegaba la vista. Los Enanos que avanzaban contra ese flanco habían sido acorralados y aniquilados en una depresión con forma de olla. En el extremo sur de esa depresión se alzaba una extraña cúpula dorada, sin duda otra de las muchas edificaciones ancestrales sobrevivientes de una época pasada, una época mucho más apacible que la actual. Mungk recostaba su cabeza contra una de las paredes de esa cúpula en aquel momento.

Aburrido de simplemente chuparse los colmillos y motivado por un ensordecedor rugido proveniente de las tripas, el Orco empezó a escarbar en la húmeda tierra, con la esperanza de encontrar algún jugoso gusano o dos a los que hincares el diente. Las endurecidas garras de sus manos dieron con algo duro y liso. Intentó desenterrarlo tirando, pero el objeto no se movió, Intento rasgar su superficie con las garras; no lo consiguió. Finalmente, empujó hacia abajo. Algo pareció ceder, algo más chasqueó y finalmente un tercer algo dejó ir un gigantesco soplido de aire. Este tercer algo era nada más y nada menos que la pared de la cúpula en la que el Orco estaba apoyado, que se abrió hacia arriba plegándose sobre la cúpula. Del oscuro interior escapó un aire enrarecido y seco.

Mungk, que hubiese tenido un serio problema con su lavandería si en ese momento hubiese llevado algo de ropa interior, contempló con ojos desorbitados la deslumbrante sala que se había abierto ante él en el interior de la extraña cúpula. Los muros de la sala estaban adornados por extrañas armaduras, el suelo estaba cubierto por peculiares mosaicos, y en el centro de la sala, sobre un pedestal repleto de joyas, podía verse un enorme libro ...

Una vez los caudillos de los dos gigantescos ejércitos fueron informados de el sorprendente descubrimiento del Orco, los líderes decidieron dejar para otro momento sus inútiles negociaciones y dedicar su tiempo al nuevo misterio. Debido a que ninguno de los generales de ambos ejércitos sabía leer, lo único que pudieron averiguar de entrada fue que la edificación era obviamente un antiguo templo. Inmediatamente se despacharon mensajeros con la orden de encontrar y traer a algún ser con los conocimientos intelectuales necesarios para descifrar los secretos que debían esconderse en el templo. Eventualmente, un Enano medio ciego llegó al templo y se le presentó como un experto en todos los lenguajes, tanto arcanos como actuales. Con el Libro colocado frente a sus anchas narices, el Enano se sentó con las piernas cruzadas en el suelo y empezó a profundizar en los olvidados secretos expuestos en sus páginas.

Pasaron tres días, en los cuales el Enano no se movió ni un milímetro del sitio en el que se hallaba sentado. Finalmente, el Enano se sintió preparado para dar su informe. Se erigió un improvisado podio ante el templo, y el bajete individuo trepó a él para compartir sus hallazgos con la multitud concentrada ante el templo.

Este Libro," susurró el anciano vidente, mientras sus ojos coronados por abundantes pestañas parpadeaban, aparece contener los textos religiosos de un grupo de guerreros seguidores del olvidado dios Nuffle. Los máximos sacerdotes de las diversas sectas fieles a esta deidad, denominados Entrenadores, conducían a sus bandas de guerreros agrandes estadios, donde intentaban exterminarse unas a otras. Sin embargo, el propósito de todo ello no era la violencia, simplemente por violencia. ¡No! ¡Se trataba de un ritual de enorme importancia religiosas.

Un murmuro apenas contenido se levantó de la multitud mientras esta intentaba comprender el tan absurdo concepto que el vidente acababa de exponerles. El Enano prosiguió: los guerreros empleaban una vesícula de cerdo inflada que debía llevarse o lanzarse de un extremo del estadio al otro, intentando, erm, anotar ‘tantos'. Si un guerrero conseguía llevar la vesícula de cerdo más allá de la última línea de la mitad del estadio de la banda de guerreros adversaria, el guerrero conseguía para su secta cierto número de cosas, denominadas Ensayos. La batalla se prolongaba durante cierto tiempo acordado desde el principio. Al final, la secta que hubiese conseguido anotarse más tantos era declarada victoriosa. Aparentemente, parece que no era obligatorio golpear a los guerreros adversarios para ganar, pero parece que los Entrenadores animaban a sus guerreros a hacerlo tanto como podían. Además, el libro afirma también que el número sagrado de Nuffle era el once, y que tan sólo podían haber once guerreros de cada una de las dos sectas endentadas a la vez en el campo de batalla.

En este punto hubo un gran alboroto y confusión entre la masa de tropas goblinoides que escuchaban al Enano al quitarse todos las botas en un intento de enterarse de que era el número, once'. Lo más frecuente es que esta situación provocara inmensas peleas, al darse cuenta algún Goblin de lo divertido que era quedarse con las botas puestas y darle pisotones a sus compañeros descalzos con sus tacones en sus desnudos pies. Ignorando los aullidos de dolor cada vez más frecuentes, el Enano prosiguió.

Esto no significa que las sectas, que también eran denominadas equipos, estuvieran compuestas únicamente por once guerreros. Los guerreros podían entrar y salir del campo de batalla como quisieran, siempre que no se excediera el número sagrado. ¡También estaba permitido golpear a los guerreros enemigos, siempre que no se empleara ninguna arma! La religión de Nuffle decía que el propio cuerpo es un arma y - aunque se aceptaba que los guerreros llevaran armaduras - por esa causa nadie podía emplear ningún arma en estos estadios. ¡También está escrito que el campo de batalla en el que se desarrollarían los combates debía ser un terreno rectangular, a cuyo alrededor se levantarían gradas gigantescas en las que los presentes podrían contemplar el enfrentamiento.

La mirada de todos los presentes recorrió de nuevo al oír esto la zona del campo de batalla en la que se hallaban reunidos, en la que numerosos escuadrones de buitres empachados hacían débiles intentos de echar a volar tras el festín.

Me parece, continuó el Enano levantando la voz para recuperar la atención de los presentes, «que Nuffle ha observado el dilema en el que nos encontramos y está intentando ayudarnos. Sugiero que cada uno de los ejércitos elija entre sus filas a un equipo, y que se resuelva la suerte de la batalla de la forma descrita por el Libro. Un murmuro de asentimiento se alzó de entre las tropas, que pronto se convirtió en un rugido de aprobación. ¡Tan sólo el rincón en el que se encontraban los Goblins acampados permaneció en silencio, ya que estos se hallaban entregados aún a la exploración de las recién descubiertas posibilidades del pisotón salvaje!

Y así fue como el primer partido de Fútbol Amoricano de Nuffle (FAN), como se dio a conocer popularmente poco después, tuvo lugar. Se infló la vesícula de un cerdo, para gran consternación de éste. Las extrañas armaduras del templo se entregaron a los guerreros elegidos de cada ejército, Los dos equipos se alinearon unos enfrente de los otros, un 'árbitro' shaman, vestido con pieles de cebra para la ocasión sopló un silbato, y el juego empezó. El terreno de juego no estaba demasiado bien delimitado, no estaban marcadas las líneas en él y las reglas no estaban demasiado claras, pero uno de los dos equipos consiguió la victoria (aunque cuál de los dos fue el vencedor no está demasiado claro en la actualidad). Durante el partido, la matanza fue respetablemente considerable, y todos los asistentes estuvieron de acuerdo en que se lo habían pasado en grande. Por todo ello, pronto se decidió adoptar este delicioso juego para resolver las muchas diferencias y rencores entre las diversas tribus de Amorica. La batalla que dio origen a todo cayó rápidamente en el olvido, y sus participantes se dispersaron, regresando a sus tierras para dar la noticia del descubrimiento, Pronto cada una de las tribus se esforzaba para preparar su propio equipo cuanto antes.

Fue mientras los que quedaron atrás limpiaban el desierto campo de batalla, cuando se descubrió que bajo el lodo había una extraña superficie verde, pocos centímetros por debajo del ensangrentado lodo. Se trataba de una superficie cruzada por extraños símbolos y líneas. La peculiar zona fue totalmente desenterrada. Los trabajadores quedaron sin habla, conscientes de la importancia de su hallazgo. Finalmente, el sagrado Gridiron del que se hablaba en el libro había salido a la luz. El vidente Enano, que había tomado el nombre del Sagrado Comisario de Competición Roze-El, un sacerdote de alto rango mencionado en el Libro, ofreció una plegaria a Nuffle y empezó a organizar el primer encuentro de las actuales sectas. Su mente bullía con planes para el futuro, planos que conducirían a que las sectas más mortíferas se enfrentarían en una gran ofrenda física al poderoso dios - ¡la ofrenda ritual que se denominaría la Copa Blood Bowl!

2 comentarios:

  1. Mi madriña... vaia post!

    Por certo, un pequeno consello que creo que fará que o teu blog sexa máis lexible e en consecuencia o contido sexa máis 'agradable' ao leitor. Estás a utilizar unha maqueta fluída (o contido adpatase a resolución e tamaño do navigador), cousa que está moi ben, pero isto fai que o ancho do texto poida chegar a 112 caracteres e o ideal na leitura é que o ancho de liña conteña entre 60 e 75 caracteres. Se podes amañar isto e ter unha coluna máis estreita a leitura millorará e moito.

    Nada máis... a ver se un día me poño a escribir eu este tipo de tips no meu... que o teño moi abandonado.

    Saúdos pollo!

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  2. No tengo ni idea de como se arregla el ancho de columna.

    Antes tenía un ancho muy, muy estrecho y lo cambié por éste que era más ancho. Pero seleccionando plantillas.

    Sorry

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